ENTREVISTA A JAIME HAYON
Si hay algo que se puede afirmar, sin lugar a dudas, es que The Guest es un icono de la línea New Concept de Lladró. Su diseñador, Jaime Hayon, relata cómo dio comienzo este trascendental proyecto, su visión, los primeros compases, los retos… Una entrevista que evidencia la grandeza y las posibilidades creativas de la porcelana, a través de un personaje siempre único y contemporáneo como The Guest.
Lo recuerdo como un momento de mucha actividad y sobre todo recuerdo lo que quería hacer. Llevaba unos años colaborando en Hong Kong con el diseño de Toys en vinilo y me fascinaba esa idea de la personalización y del coleccionismo, por eso, desde el primer día que entré en Lladró tenía en mente trasladar esa idea, cambiar el vinilo por porcelana. Traer la parte iconográfica de un mundo de coleccionismo toy urbano a la porcelana más tradicional. Una idea que me atraía mucho, porque era una especie de prueba de mezclar dos mundos, de experimentar y ver qué pasaba, cuál podía ser el resultado.
¿Cómo fue el arranque de la creación de The Guest?
¿Qué te hizo llegar a este personaje?
Yo quería que fuese un personaje que tuviese mi cosmos y le hice un poco los gestos que yo hago. Tiene las formas que yo dibujo, pero al mismo tiempo veía esta idea derivada de las formas rectas de los toys coleccionables, sin mucha gestualidad, pero sí con un trabajo gráfico muy potente.
Mi idea era buscar un objeto figurativo que tuviese un toque en el que se viese la porcelana, que no fuese tan sencillo, que tuviese esa sutil gestualidad que evidencia que está hecho a mano y que fuese un poco humano pero que a la vez no lo fuese. Es decir, que fuese un poco niño pero que no fuese tan infantil, por eso no tiene cara, no tiene ojos… quiere ser como un poco neutro.
Y la verdad es que ya en las primeras aproximaciones nos quedamos muy contentos. Había algo en la figura, una parte energética, que nos llamaba mucho la atención, y creo que por eso arrancó con tanta fuerza y ha continuado siendo un éxito.
¿Cómo fue el paso de la idea The Guest a la porcelana?
Fue realmente muy sencillo y enriquecedor porque descubrí algo en lo que sólo recaes cuando trabajas con Lladró y que creo que la mayoría no sabe, que cada figura es como el actor o la actriz de una película. Todo lo que le hagas, aunque sea mínimo, está relatando algo.
Estos detalles, en el momento de crear el objeto, fueron muy importantes. Y no fue nada fácil porque los escultores en Lladró siempre destacan el rostro, porque la cara determina mucho la expresividad de la figura, una sonrisa, un giño, una mirada arriba o abajo, cambia el mensaje que quiere expresar. Por eso cuando les dije “no le pongáis cara” la respuesta del equipo de Lladró fue muy interesante, se quedaron en shock, pero no quería que tuviese cara porque se la tenía que poner cada uno, esa era la idea. Y aunque al principio sonó como algo loco creo que al final es es lo que le da la fuerza a la figura. La simplicidad que tiene.
“A VECES SE CUESTIÓN DE HACER MENOS Y EXPLORAR UNA COSA MÁS PROFUNDAMENTE, HACERLA MÁS MEMORABLE”.
¿Cómo surgieron las colaboraciones con otros artistas?
Había un concepto muy claro de ofrecer variedad a través de una misma creación para que se pudiera adquirir más de una unidad, y por ello teníamos que aumentar mucho su creatividad y que mejor manera de hacerlo que gracias a la intervención de diferentes artistas. Queríamos además descubrir artistas locales, dar voz a diferentes disciplinas, fomentar el intercambio de gráfica.
Por eso cuentan tanto los gestos y tiene mucho que ver si tiene los puños cerrados, si está recto o inclinado… Según la pose puede transmitir derrota o determinación. Por eso The Guest es un personaje orgulloso, un invitado que se quiere quedar, que te mira como quiere el artista que te mire. Un personaje que se expresa a través de la gráfica de creativos de cualquier parte del mundo. Esa es la fuerza que tiene y tiene las de estar mucho tiempo con nosotros.
Por tanto, veo difícil ponerle hermanos, puede ser más grande o más pequeño, pero no lo veo extendiéndose en otros personajes. Y si los tuviera, serían también particulares, dirían otras cosas, relatarían algo nuevo. Esos actores nos contarían una película nueva. A veces hay que hacer menos e insistir más en algo porque se nos queda más en la memoria. Es el único objeto que cambia por sí mismo a través de su evolución y ya veremos a dónde nos lleva, pero seguro que aún nos da muchas sorpresas.
La idea era la de dar la oportunidad a otro artista de expresarse, de hacer con The Guest lo que sintiera y por eso tiene una doble simbología. Por un lado, la de entrar en tu casa como un invitado y por otro, la del artista invitado que lo ha intervenido creativamente, que ha plasmado su visión y su propia historia.
¿Crees que The Guest puede ampliarse con la incorporación de otros personajes?
Creo que es muy buena su situación, porque la idea de la repetición lo ha convertido en un icono de marca, mucha gente de todo el mundo ya lo identifica y además espera conocer al siguiente artista invitado a participar.
ENTREVISTA A JAIME HAYON
Si hay algo que se puede afirmar, sin lugar a dudas, es que The Guest es un icono de la línea New Concept de Lladró. Su diseñador, Jaime Hayon, relata cómo dio comienzo este trascendental proyecto, su visión, los primeros compases, los retos… Una entrevista que evidencia la grandeza y las posibilidades creativas de la porcelana, a través de un personaje siempre único y contemporáneo como The Guest.
¿Cómo fue el arranque de la creación de The Guest?
Lo recuerdo como un momento de mucha actividad y sobre todo recuerdo lo que quería hacer. Llevaba unos años colaborando en Hong Kong con el diseño de Toys en vinilo y me fascinaba esa idea de la personalización y del coleccionismo, por eso, desde el primer día que entré en Lladró tenía en mente trasladar esa idea, cambiar el vinilo por porcelana. Traer la parte iconográfica de un mundo de coleccionismo toy urbano a la porcelana más tradicional. Una idea que me atraía mucho, porque era una especie de prueba de mezclar dos mundos, de experimentar y ver qué pasaba, cuál podía ser el resultado.
¿Qué te hizo llegar a este personaje?
Y la verdad es que ya en las primeras aproximaciones nos quedamos muy contentos. Había algo en la figura, una parte energética, que nos llamaba mucho la atención, y creo que por eso arrancó con tanta fuerza y ha continuado siendo un éxito.
Yo quería que fuese un personaje que tuviese mi cosmos y le hice un poco los gestos que yo hago. Tiene las formas que yo dibujo, pero al mismo tiempo veía esta idea derivada de las formas rectas de los toys coleccionables, sin mucha gestualidad, pero sí con un trabajo gráfico muy potente.
Mi idea era buscar un objeto figurativo que tuviese un toque en el que se viese la porcelana, que no fuese tan sencillo, que tuviese esa sutil gestualidad que evidencia que está hecho a mano y que fuese un poco humano pero que a la vez no lo fuese. Es decir, que fuese un poco niño pero que no fuese tan infantil, por eso no tiene cara, no tiene ojos… quiere ser como un poco neutro. Estos detalles, en el momento de crear el objeto, fueron muy importantes.
Y no fue nada fácil porque los escultores en Lladró siempre destacan el rostro, porque la cara determina mucho la expresividad de la figura, una sonrisa, un giño, una mirada arriba o abajo, cambia el mensaje que quiere expresar. Por eso cuando les dije “no le pongáis cara” la respuesta del equipo de Lladró fue muy interesante, se quedaron en shock, pero no quería que tuviese cara porque se la tenía que poner cada uno, esa era la idea. Y aunque al principio sonó como algo loco creo que al final es lo que le da la fuerza a la figura. La simplicidad que tiene.
“A VECES SE CUESTIÓN DE HACER MENOS Y EXPLORAR UNA COSA MÁS PROFUNDAMENTE, HACERLA MÁS MEMORABLE”.
¿Cómo fue el paso de la idea The Guest a la porcelana?
Fue realmente muy sencillo y enriquecedor porque descubrí algo en lo que sólo recaes cuando trabajas con Lladró y que creo que la mayoría no sabe, que cada figura es como el actor o la actriz de una película. Todo lo que le hagas, aunque sea mínimo, está relatando algo.
Por eso cuentan tanto los gestos y tiene mucho que ver si tiene los puños cerrados, si está recto o inclinado… Según la pose puede transmitir derrota o determinación. Por eso The Guest es un personaje orgulloso, un invitado que se quiere quedar, que te mira como quiere el artista que te mire. Un personaje que se expresa a través de la gráfica de creativos de cualquier parte del mundo. Esa es la fuerza que tiene y tiene las de estar mucho tiempo con nosotros.
¿Cómo surgieron las colaboraciones con otros artistas?
Había un concepto muy claro de ofrecer variedad a través de una misma creación para que se pudiera adquirir más de una unidad, y por ello teníamos que aumentar mucho su creatividad y que mejor manera de hacerlo que gracias a la intervención de diferentes artistas. Queríamos además descubrir artistas locales, dar voz a diferentes disciplinas, fomentar el intercambio de gráfica.
¿Crees que The Guest puede ampliarse con la incorporación de otros personajes?
Creo que es muy buena su situación, porque la idea de la repetición lo ha convertido en un icono de marca, mucha gente de todo el mundo ya lo identifica y además espera conocer al siguiente artista invitado a participar.
La idea era la de dar la oportunidad a otro artista de expresarse, de hacer con The Guest lo que sintiera y por eso tiene una doble simbología. Por un lado, la de entrar en tu casa como un invitado y por otro, la del artista invitado que lo ha intervenido creativamente, que ha plasmado su visión y su propia historia.
A veces hay que hacer menos e insistir más en algo porque se nos queda más en la memoria. Es el único objeto que cambia por sí mismo a través de su evolución y ya veremos a dónde nos lleva, pero seguro que aún nos da muchas sorpresas.
Por tanto, veo difícil ponerle hermanos, puede ser más grande o más pequeño, pero no lo veo extendiéndose en otros personajes. Y si los tuviera, serían también particulares, dirían otras cosas, relatarían algo nuevo. Esos actores nos contarían una película nueva.